¿Cómo iniciar un viaje sino para contestar una pregunta? El esfuerzo del desplazamiento debe satisfacer ese vacío que se presenta como desasosiego, como inquietud. Sin embargo, es muy posible que esa pregunta no encuentre su respuesta. Es más probable que al regreso traiga preguntas aún mayores. Ese es el riesgo de recorrer territorios de otros, plenos de otras voluntades de habitar, de otras maneras de decir, y una vez que nos hemos adentrado en esos espacios se debe producir, en virtud de ese vínculo, la transformación de quien pregunta. Del sujeto que explora, el que constituye un paisaje para sí mientras camina, pero no desde la distancia -desde la expectación– sino desde un recorrido en el que se adentra para calmar esa ansia.